Esa fina e infinita
línea divisoria
que me separa
del recuerdo que abrasa;
de los abrazos sofocantes,
de los labios que saben a mentiras.
He vuelto a rescatarme
desde el margen más afilado
de mi folio;
y una vez más
miro al horizonte
sabiendo que mi meta
nunca llegará
porque el deseo es infinito,
inflexible, prolongado;
ese deseo de sufrir el daño,
de la mente volando a ras de sueño;
soñando con castillos imposibles
y princesas inexistentes.
Mi camino será mañana
el mismo que ayer fue,
tan impredecible y angosto,
tan pesado y discordante
que dan ganas de liberarse
cerrando los ojos
y cayendo a un vacío sin rumbo fijo.
Perderse es necesario para aprender,
encontrarse a tiempo
es imprescindible
para no quedarse a las puertas
de lo que podría haber sido
y tan sólo se quedó
en un sueño.
Perdido en un sueño
Anuncios